DoctorEdwinLemuel

Conferencista en vida Cristiana Dr. Edwin Lemuel

El Corazón

Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida.

—Proverbios 4.23

Todo comienza en tu corazón

¿Cuál sería tu respuesta si alguien te pregunta si tienes un corazón para Dios? ¿Y qué es un corazón para Dios? Es uno que sólo está interesado en complacerle a Él. Un ser humano con un corazón para Dios tiene como norte y prioridad de su vida la Palabra y la voluntad del Padre. Y en consecuencia, estas prioridades se reflejan en todo lo que hace. ¿Qué motiva tu vida? ¿Es la acumulación de bienes materiales o es el anhelo de convertirte en lo que Dios ha destinado que seas?

En el contexto bíblico, el corazón del hombre es su mente y su espíritu. Es ese lugar donde existe la fuerza de tu vida. Es tu esencia. Eso que te hace ser quien eres. Así como la vida de un roble consiste en sus raíces, tu espíritu o corazón, contiene tu vida y determina lo que sale de ti.

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La importancia de cuidar el corazón

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El escritor bíblico enuncia con absoluta claridad la importancia de cuidar el corazón: «Por sobre todas las cosas, cuida tu corazón, porque de él mana la vida» (Proverbios 4.23 NVI).

Mateo 6.21 (NVI) nos dice: «Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón».

Hace poco un caballero vino a verme a la oficina. Se le veía desesperado y totalmente fuera de sí. Decía que quería morirse porque su pareja le había anunciado que quería terminar la relación que tenían. Este hombre, profesionalmente exitoso, físicamente sano y muy preparado académicamente, me decía: «Pastor, siento que quiero morirme. Si esta mujer no vuelve conmigo, mejor me muero».

Este caballero era realmente sincero. La angustia se percibía en su rostro y era evidente que iba rumbo al colapso emocional. ¿Por qué quería morirse? Porque su pareja se había convertido en el centro de su corazón, su mente y su espíritu; en el centro de su vida.

Lo mismo ocurre con todos nosotros. Si la casa, el coche, la pareja, el trabajo y el dinero son tus tesoros, entonces también sentirás que quieres morirte si algo de esto te llega a faltar.

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Dios es tu Tesoro

Sin embargo, si Dios es tu tesoro, si Él es tu deseo y foco principal, entonces tu corazón está centrado en Él y vives para Él. Y cuando Dios es primero en tu vida, todo lo demás seguirá. La Biblia nos recuerda: «Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Todo lo demás, él se los dará a su tiempo» (Mateo 6.33 BLS).

Es importante que entiendas que no importa cuán «religioso» puedas parecer, lo que realmente está dentro de tu corazón se manifiesta en cada una de tus palabras y tus acciones. Gritar «¡aleluya!» no significa nada si guardas rencor y contienda en tu corazón. A Dios le importa muy poco el disfraz, Él busca tu interior. Él desea tu corazón.

Primera de Crónicas 28.9 (NVI) nos revela también la relación de Dios con el hombre: «Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con buena disposición, pues el Señor escudriña todo corazón y discierne todo pensamiento».

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Dios es la cabeza de sus vidas

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Hay muchos cristianos que afirman audazmente que Dios es la cabeza de sus vidas; sin embargo, cuando pasamos sus corazones por el cedazo de las verdades bíblicas, la realidad está muy lejos de esa confesión.

Típicamente, puedes echar un vistazo al corazón de un hombre con sólo mirar su chequera y su calendario. La manera en que gastamos nuestro dinero e invertimos nuestro tiempo dicen mucho sobre nuestro corazón y nuestra relación con Dios.

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¿Quieres desarrollar un corazón para Dios? Lo primero que debes hacer es examinar tu interior para así descubrir cuál ha sido y es tu enfoque en la vida. Luego, por encima de cualquier otra cosa, debes colocar a Dios y tu relación con Él. Esto implica tomar una decisión consciente. Pídele a Dios que te haga sensible a Sus planes y propósito para tu vida. Medita en la Palabra para que sus promesas puedan arraigarse en tu interior. Pide la sabiduría del Espíritu Santo y toma la decisión de hacer que Dios sea tu prioridad.

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Cuando vives enfocado en los asuntos del cielo

Poco a poco tus pensamientos, tus anhelos y tus acciones se van alineando con los de Dios. Y cuando Él finalmente se sienta en el trono de tu corazón, entonces comenzarás a deleitarte en las bondades y las bendiciones que Él te promete.

 

¿Has dejado que otras prioridades habiten en tu corazón? Si es así, decide hoy que el Rey de reyes y Señor de señores retome Su lugar en tu alma. Y ya verás que vas a vivir mucho mejor.