DoctorEdwinLemuel

Conferencista en vida Cristiana Dr. Edwin Lemuel

No olvides el gozo


Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

—Filipenses 4.4

Sentir gozo

Sentir gozo no es lo mismo que estar contento. El gozo no es un estado anímico pasajero ni es un estado mental. Es más bien una fuerza interna y verdadera, y no hay nada que las circunstancias difíciles ni el diablo puedan hacer para eliminarlo de nuestras vidas.

Hace años decidí que iba a vivir mi vida de acuerdo a las instrucciones que el Señor nos dejó en la Biblia. Le prometí a Dios que permitiría que su Palabra mandara en mi vida y la confesaría siempre, sin importar lo que costara.

No mucho después, también decidí que andaría en amor, sin importar si lo sentía o no. La Biblia claramente nos dice que «la fe obra por el amor», y no de ninguna otra manera. Y estas dos decisiones han sido las más importantes que jamás haya tomado.

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La fortaleza del gozo

no olvides el gozo

Sin embargo, hace poco descubrí una revelación poderosa que me indicó que había algo que estaba dejando fuera: la fortaleza del gozo.

En aquel momento entendí que no tenía el derecho de andar por fe y en amor, sin el gozo. A esto le llamo la «revelación del gozo». Y a través de ella entendí de inmediato que el gozo es una parte esencial de la vida victoriosa.

Sin el gozo, puedo vencer de vez en cuando, pero no podré vencer siempre. El gozo es lo que te da la fortaleza para estar firme cuando se presentan las tormentas y las dificultades.

«No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza».

—Nehemías 8.10 (NVI)

No sé si lo notas, pero este pasaje dice más de lo que escucho. Primero dice que no estés triste, y esto implica, a su vez, dos cosas:

1. La tristeza es una decisión que tomamos, o por lo menos es una oferta de nuestro ánimo que aceptamos. Lo que al mismo tiempo nos indica que el gozo es también nuestra elección. Si no fuera así, el pasaje no nos pediría que no estemos tristes.

2. ¡El gozo del Señor es nuestra fortaleza! Esto quiere decir que si perdemos el gozo, perdemos nuestra fuerza.

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Somos como Sansón

Los hijos y las hijas de Dios, en un sentido figurado, somos como Sansón. Si este personaje bíblico perdía el cabello, perdía su fuerza.

En nuestro caso, si perdemos el gozo, perderemos también nuestra fuerza. Es decir, que nuestro «cabello espiritual» simbólicamente, es nuestro gozo.

No permitas que nada te robe el gozo, pues si lo haces, terminarás sin fuerzas. El gozo te da la confianza de reírte de tu enemigo cuando este comienza a tratar de destruir tu fe. El gozo te da la perseverancia que te hace vencedor una y otra vez.

Esta era la herramienta más poderosa que tenía David. No era su onda, ni la espada, ni el arco de bronce. El arma más efectiva de David, la que lo llevó a vencer al oso, al león, a Goliat, a Saúl, a los filisteos y a todos sus enemigos, fue su gozo.

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Palabras con gozo

no olvides el gozo

David, peleaba cantando y declarando palabras con gozo: «Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos» (1 Samuel 17.45).

En medio de las tormentas y las crisis de la vida, David se recordaba a sí mismo de dónde venía su fuerza: «Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios» (Salmo 103.2).

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El gozo: una verdadera fuerza

«Porque el gozo de Jehová es vuestra fortaleza».

—Nehemías 8.10b

El gozo no es una sensación de felicidad que se supone que tengas cuando las cosas marchan bien. Es mucho más que eso. El gozo es una de las fuerzas espirituales más poderosas del mundo.

 

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Lee con atención...

Lee con atención lo que dice Nehemías 8.10, y te explicaré el por qué.

Si hiciéramos un diagrama de este versículo y quitáramos las palabras «de Jehová», encontraríamos que en realidad está diciendo que el gozo es fortaleza. Las dos cosas son intercambiables, y por esa razón el gozo es tan importante.

 

 

No se puede vivir una vida de fe sin ser fuerte en el Señor, y cuando Dios quiere fortalecernos, utiliza el gozo para hacerlo. Así como el temor tiene que ceder ante la fe, el desaliento tiene que ceder cuando enfrenta al gozo

El gozo es uno de los frutos del Espíritu que ya moran en tu interior. Sin embargo, si deseas aprovechar el poder del gozo es necesario que lo cultives, que lo confieses y que lo pongas en práctica.

No importa la situación por la que estés pasando, te aseguro que podrás vencer si la enfrentas lleno de gozo y fortalecido en el Señor. Así que levántate, racarga tus fuerzas... ¡y regocíjate!